Esta serie es un registro visual y material de mi experiencia del confinamiento y la reconfiguración del espacio personal. El proyecto se articula mediante la tensión de escala y la contradicción espacial, buscando materializar un estado psicológico impuesto por el encierro. Utilizo la bombilla como el soporte frágil de la conciencia o la idea. Sobre su cúpula, las miniaturas de viviendas están montadas, representando el hogar como una carga física y emocional que presiona la mente. El paisaje abierto del fondo se convierte en el horizonte inalcanzable, simbolizando la añoranza por el afuera y las problemáticas de la sobre exposición del espacio habitable. La fotografía documenta este equilibrio precario donde lo íntimo y lo vasto colisionaron.